martes, 23 de abril de 2013

De bar en bar,buscando las huellas de sus tacones.

Él ya es un soltero penitente,
solo entre la gente de una ciudad en cinta,
sin más preocupación que la de dormir caliente,
constantemente,
con una mujer distinta.
Y así todas las noches;
una cita,mujer o señorita.
Condición indispensable;
ser bonita.
Buscó la paz de espíritu a través del cuerpo,
pero en este cuento no todo eran placeres,
porque hay tormentos que no curan todas las mujeres.
A lo mejor es que él buscó el sabor de lo distinto,
sin saber que sin amor todos los besos son el mismo,
y en ese mismo momento en su mente estuvo claro,
supo que tener a quien amar es un regalo.
Declaró que el corazón es dictador y esclavo,
y buscando redención le dijo a ella esto que narro:
''De nuevo te lo ruego,
tú sabes que soy tuyo,desde luego,
pero a veces voy tan ciego por la vida,
que si no vivo me muero,
y si no muero se me olvida que te quiero,
sin medida.
No sabes cuantas veces te he llorado,
cuán amarga es la saliva de los labios del pecado,
ya no cambio tu amor por una vida de disfraces,
solo por ésta noche,
finjamos hacer las paces.'

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