viernes, 24 de mayo de 2013

Le daría hasta mi alma.

Que ésta cuidad no es igual desde que tu te fuiste.
Que tu dijiste -tengo que alejarme- y yo,te dejé ir.

Uno no sabe cuánto necesita a una mujer,
cuando en lugar de echar de menos lo que fuiste con ella,
echa de más aquello que no fue contigo.

Cómo decirte sin que suene a súplica,
que soy un poco menos hombre desde que no me miras,
bastante más estúpido desde que no me tocas.
Cómo decirte sin que suene a masoquismo,
que deseo que te claves en mi,como un calendario en la pared,
y me duela,
como duele el silencio en los orgasmos,
o cada día que no pasas por mi boca.

Decir que he vuelto a fumar.
Y que conmigo el tabaco se parece tanto a morirse,como tu ausencia.

Decirte sin joderme el orgullo,
que cada vez que te quiero,
te odio y me encuentro conmigo.
Y estar conmigo ya sabes,
se parece demasiado a estar sin ti.

Y fumo.
Quizá para olvidarme,
quizá porque de algo hay que morir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario